El sistema inmune intestinal es fundamental, ya que representa el 70% del total del sistema inmunológico del animal, recibe diariamente una enorme carga antigénica, y es capaz de distinguir los patógenos invasivos de los antígenos inocuos procedentes de los alimentos y de bacterias comensales. El intestino está compuesto por una variedad de estructuras celulares que cuentan con diferentes funciones: sensoriales, receptoras, secretoras y mecánicas, siendo una de sus principales funciones llevar a cabo el proceso de digestión y absorción de nutrientes que serán utilizados para el metabolismo, crecimiento, mantenimiento y la reproducción. (Fig. 1).
Dentro de la estructura celular de la mucosa encontramos células epiteliales que forman una barrera efectiva mediante uniones intracelulares entre el medio interno y externo que permite el paso selectivo de nutrientes y evita el paso de bacterias patógenas, toxinas y antígenos. Esta barrera intestinal está compuesta por elementos celulares y extracelulares
Figura 1.