En este estudio, los pollos se alimentaron con una dieta contaminada con 20 ppm de fumonisinas durante 4 o 9 días previos al sacrificio a 21 días. Mientras que esta exposición corta a fumomnisinas, a niveles que se acercan al máximo nivel recomendado en las recomendaciones de la UE, no provocó ningún signo de toxicidad ni efecto sobre los resultados productivos, sí que causó una acumulación de fumonisinas en el hígado y en los músculos de la pechuga. Este es el primer estudio demostrando una deposición de fumonisinas en los tejidos del pollo.
Este estudio también demostró que cuando se suplementa la tecnología Algoclay de Olmix se reduce la acumulación de fumonisina B1 en alrededor del 40% en el hígado y del 50% en la carne.